( Artículo publicado en L
Clasificación general.
Al presente, si nos
proponemos exponer una clasificación geológica de las rocas, se nos presenta el
grave inconveniente de la divergencia, y hasta contradicción a veces, que
presentan en ese particular -y en muchos otros- los autores; siendo lo peor que
nuestros limitados conocimientos no nos permiten elegir con perfecto
conocimiento de causa, y por ende con verdadero acierto, entre los distintos
sistemas o métodos de clasificación propuestos; sistemas y métodos que, aquí
como en botánica y en diversas otras ciencias, se proclaman a porfía naturales
por sus respectivos autores, aunque en realidad sean todos más o menos
artificiales.
Verdad es que, así
en geología como en muchas otras ciencias, la clasificación es realmente
difícil. Contrayéndonos al asunto que aquí nos ocupa, podemos decir que los
geólogos se han visto en gran embarazo para determinar, por ejemplo, si en la
clasificación de los granitos debe atenderse principalmente a la calidad, dando
poca o ninguna importancia a la edad de aquéllos y a su procedencia hídrica o
ígnea.
Repetimos con toda
sinceridad que ignoramos cual clasificación sea la más acertada; pero asimismo
debemos declarar que tampoco lo sabe la mayor parte de los geólogos, si no
todos, aún aquéllos que están reputados por los más entendidos; y la prueba de
ello está en que casi todos se contradicen.
Vamos, pues, en
este breve resumen, a seguir a Brongniart, como pudiéramos seguir a otro
cualquiera; bien persuadidos de que ni los lectores de la REVISTA buscan aquí un tratado de geología, ni serán
muchos los que fijen su atención por mucho tiempo en esta materia.
Las rocas se
dividen generalmente en simples y compuestas, división fundada también
principalmente en el aspecto que ofrecen a la simple vista, aunque ajena al
carácter de estructura que determina la anterior división de los terrenos en
granitosos, esquistosos y compactos (1).
Las rocas simples
se pueden considerar divididas en cuatro clases, que se designan con los
nombres de acidífera, pierrosa, combustible y metálica (2).
La primera puede
dividirse en estos géneros: calcáreo (ósea cal carbonatada), flúor
(cal fluatada), apatita (cal fosfatada), gipso (cal
sulfatada), anhidrita, alun, aluminita, magnesita, baritita, celestina, y
sal gema. Esta última consiste principalmente en soda muriatada, la
celestina en estronciana sulfatada, la baritita en barita sulfatada, la
magnesita en magnesia carbonatada, etc.
La segunda clase contiene los géneros cuarzo,
asperon, sílex, jaspe, trípoli, pómez, obsidiana, retinita,
(1) Véanse nuestros artículos anteriores de estos
Estudios.
(2) Es bien sabido que en
la composición mineralógica y química de las tres clases primeras, entran
asimismo los metales; pero no tan marcadamente como en esta última. Los géneros
en que Mr. de Brongniart divide cada una de las clases, se subdividen también,
según el mismo autor, en secciones y variedades. Así, por ejemplo, al calcáreo
le considera dividido en tres secciones, que son: calcáreos puros, producidos
por cristalización; calcáreos puros, producidos por sedimento; y calcáreos
compuestos o alterados. Cada sección contiene algunas variedades; como por
ejemplo, la sección 1ª que se subdivide en calcáreo fibroso,
lamelario, sacaroide, concrecionado, esponjoso, y pulverulento; la 2ª,que
contiene al cretáceo, al oolitico, etc. Él género gipso no contiene secciones,
sino las variedades siguientes: laminario, sacaroide, fibroso, compacto, y
calcarífero.
En otros, como el Flúor, no establece
ninguna división. petrosílex, feldespato, idocraso, granate, pirógeno,
anfíbol, basalto, serpentina, esteatita, clorita, talco, arcilla, marga, ocre,
arcilolita, vacke, cornéana (o afanita según Mr. Haüy), esquisto,
y ampelita (1)..
La
tercera contiene grafita, antracita, hulla, lignita, y turba.
La cuarta se compone de piritas, hierro oxidulado, hierro
oligisto, hierro hidratado, hierro terroso, hierro carbonatado, hierro cromatado,
y manganeso oxidado.
Las
rocas compuestas ofrecen una infinita variedad, y de consiguiente, una gran
dificultad para su clasificación. Se puede, no obstante, establecer entre ellas
diferentes clases, géneros y especies. He aquí un cuadro aproximado de sus
divisiones:
PRIMERA
CLASE: Rocas cristalizadas isómeras.
GÉNERO
I. Feldespáticas. Contiene este género cuatro especies generales, que
son el granito (1), la protogina, la pegmatita y la dolerita.
Pegmatita |
Granito |
dolerita |
GÉNERO
II. Anbibólicas. Comprende las especies generales llamadas sienita,
diabaso (o diorita), y hemitrene.
diorita |
SEGUNDA
CLASE: Rocas cristalizadas isomeras.
Base de cuarzo hialino |
Mineral de mica |
Base de esquisto |
Talco |
Serpentina |
Lava |
GÉNER0
I. Base de cuarzo hialino. Contiene las especies hialomicta y cuarcita.
GÉNERO
II. Base de mica. Contiene gneis o esquisto y micasquisto.
GÉNERO
III. Base de esquisto. Contiene filada y calquisto.
GÉNERO
IV. Base de talco. Contiene esteasquisto y tal vez alguna otra especie.
GÉNERO V. Base de serpentina. Contiene ofiolita, cipolino,
oficalce, calcifiro y alguna otra.
GÉNERO VI. Base de corneána o de vacke. Contiene espilita,
trapita y vackita.
GÉNERO
VII. Base de anfíbol. Contiene anfibolito, basanita y melafiro.
GÉNERO VIII. Base de petrosilex anfiboloso. Contiene
pórfiro, ofita, variolita, piromérida y eufótida.
GÉNERO IX. Base de petrosilex o de feldespato
granulario. Contiene eurita, traquita, arcilofiro y domita.
GÉNERO X. Base de retinita o de obsidiana. Contiene
estigmita, y acaso alguna otra especie.
GÉNERO XI. Base indeterminada. En este género están
comprendidas casi todas las lavas, que en realidad forman diferentes especies,
aunque Mr. de Brongniart solo distingue aquí, bajo la denominación de variedades
principales, las basálticas, tefriníticas, escoriáceas, porfiroides, y
esponjiosas.
(1) Divídense muchos de esos géneros en variedades, como
el cuarzo, que puede ser común o hialino amorfo, granoso, y arenáceo.
El asperón, se divide en blanco, rojo, abigarrado, etc.
En la clase siguiente -rocas
o terrenos combustibles- se observa una subdivisión análoga; pues la antracita,
por ejemplo, es esquistoide, conchoide, friable, etc.
Una división semejante se advierte también en la
cuarta clase.
(2)
Como bajo el nombre de granito se
comprenden muchas rocas, cuyo análisis escrupuloso demuestra que casi siempre
prepondera ligeramente una sustancia, este autor clasifica los granitos en el
número de los suelos feldespáticos; aunque observa que muchas veces no es el
feldespato su elemento geológico dominante, sino la mica o el cuarzo. Observaciones
análogas hace respecto al porfiro y a otros suelos; siendo de notar que no
coloca al porfiro entre los feldespáticos, como lo hacen otros autores; y que
también advierte que generalmente en el granito no predomina notoriamente a la
simple vista ninguna de las tres sustancias geológicas que principalmente le
constituyen.
TERCERA
CLASE: Rocas de agregación o arenáceas.
GÉNERO I. Algo ligadas
por un cimento. Contiene varias especies de pasamita, que Mr. de Brongniart
solo designa aquí como variedades principales (2), tales como la cuarzosa,
lagranitoide, la micácea, la esquistoide, la calcárea, etc.
GÉNERO II. Algo empastadas. Contiene mimofiros, psefitas,
pudingas y brechas. Tal es, en resumen, la división propuesta por Mr. de
Brongniart, para distinguir geológicamente los terrenos, atendiendo
principalmente a su naturaleza ósea a la calidad y composición más general o
marcada de los mismos. En otro artículo haremos una ligera reseña de los suelos,
considerados bajo el punto de vista de su edad y yacimiento.
ROSENDO GARCÍA-RAMOS
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