jueves, 11 de diciembre de 2014

LAS ISLAS TERCERAS



(Artículo publicado en el Diario de Tenerife el 13 de mayo de 1902)
                                   Documentación obtenida de Jable.Archivo de prensa digital de la ULPGC

En mi anterior artículo, titulado Un pasaje de Plutarco, queda indicada la fecha del descubrimiento de aquellas islas por los portugueses o lusitanos. Se las ha llamado más comúnmente  islas de los Azores, o simplemente Azores, como es sabido. También queda dicho que tanto en ellas como en el grupo de Madera, descubierto antes por los lusitanos -1418 a 20- no hallaron gente alguna, ni hay noticia de que jamás hubiera allí población, antes de esas respectivas fechas.

Pero me parece curioso añadir algunos pormenores respecto al descubrimiento de las islas cuyo antiguo nombre encabeza estos renglones. Ya desde mediados del siglo XIV eran visitadas dichas islas por navegantes italianos, y señaladas en sus mapas o cartas de marear. Pero tampoco puede  fueran éstos sus primeros pobladores. 

Es sumamente verosímil  [ilegible en el ejemplar consultado] de ellos, las reconocieron [ilegible en el ejemplar consultado] y cartagineses. Lo mismo  puede decirse respecto a los grupos de Madera y Cabo Verde.

Después de esta fecha otros navegantes tropezaron con esas islas perdidas y vueltas e encontrar diferentes veces.

En cuanto a las islas Terceras o Azores,  éstas [ilegible en el ejemplar consultado]  sus historiadores (1), los cuales atribuyen -como ya tengo manifestado- al capitán Gonzalo Vedio su descubrimiento, por los años 1431 hasta 44, es decir, que fue poco a poco y en diferentes viajes como lo realizó.

El conocido y famoso Globo de Beheim hace mención de esa descubierta, y dedica a esas islas una explicativa nota o leyenda. Las cartas de marear italianas del siglo XIV, ofrecen el diseño grosero e incorrecto de dos de los grupos de islas oceánicas que he citado, o sean Madera y Azores. El portulano llamado de Médicis (data del año 1351) divide este último archipiélago en tres partes, a las que respectivamente denomina islas de Cabrera, de Ventura o de las Palomas, y de los Cuervos marinos; a la que después se ha llamado Tercera, dice isla de Brazi. Pero otras cartas de éste mar que se conservan  y corresponden al mismo siglo XIV,  dan nombre particular a cada isla de esas, y lo mismo las del siglo XV. Entre las primeras son notables las dos cartas Catalanas o mallorquinas, que  Mr. Avezac cita en su conocida obra sobre las islas africanas, y de las cuales la más antigua es del año 1375.

La isla hoy llamada de Santa  María —Azores— figura en dichas cartas italianas y españolas con el nombre de Uovo, Ovo u Obo; la de San Miguel es llamada Cabrera, y también Capraria; Tercera conservó largo tiempo su antiguo nombre de Brazi, Brazil ó Brasil, y se dice lo debe como la tierra firme a la madera tintórea que producía, y es bien conocida en todo el mundo; San Jorge es llamada San Zorzo, o Zorzi; Fayal, llamada así más tarde por sus bosques de hayas, se llamaba entonces isla de Ventura,—en algunas cartas se dice de la Ventura; Pico es la antigua isla de las Palomas, Columbi o Colombis; Flores es la Conigi, y Corvo conserva simplificado su nombre primitivo de Corvi marini. La Graciosa no figura en dichas cartas.

Ya tengo dicho en el otro artículo citado, que más tarde, aunque en el curso del XV siglo, fueron llamadas Infierno, y Oséls o isla de las Aves, dos de esas islas, y que ésta última se llamó después Azores o de los Azores. 

Concluyo estos breves apuntes consignando otra vez que las mismas cartas españolas e italianas del siglo XIV, presentan el grupo de Madera, incluso las desiertas, y aún las Salvajes. Madera es allí llamada Legname—voz que tiene igual significado; Puerto Santo figura con ese nombre, hasta en el portulano de 1351, lo mismo que la isla anterior. Las Insule Deserte también remontan a esa fecha; pero las Salvage Salvaze no empiezan a parecer sino en la carta catalana de 1375, según lo observa Mr. d' Avezac en su citada obra, de la cual he tomado casi todas estas noticias.

Por manera que no solamente puede afirmarse que los españoles conocieron estas islas oceánicas, y las frecuentaron, desde los primeros tiempos del Renacimiento, y aún desde la Edad Media, sino que compartieron con los italianos la gloria de ser los restauradores de los conocimientos náuticos en Europa, y fundadores del arte actual de la navegación y construcción de buques, o ciencia naval, que tan grandes progresos tiene hechos en nuestros días. 

En cuanto a las Canarias, no es aquí donde nos ocupamos particularmente de ellas.  Así solo diremos  que no solo en varias de las cartas citadas, sino también en otras del mismo tiempo se hallan ya diseñadas con los diversos nombres que constan en la historia. Además, bien puede asegurarse que cuando fueron erigidas en Principado, en 1344, ya se tendría una o más cartas geográficas referentes a ellas, lo mismo que cuando, pocos años antes, en 1341, envió el rey de Portugal una armada a reconocerlas, y si posible hubiera sido, conquistarlas. Es, pues, de creer que aun cuando no sean muchas las cartas de aquel tiempo llegadas hasta nosotros muchas debió haber coetáneas y anteriores a las conocidas y conservadas hasta hoy. El portulano de Messía de Viladestes, y el de Jacobo o Santiago Ferrer, que otros llaman Jaime o Juan Ferrer(2),donde también figuran las Canarias y la costa de África fronteriza, comprueban lo mismo que antes manifestamos, esto es, que la Marina española e italiana fueron las primeras de Europa durante un largo periodo de tiempo. No solo en estas comarcas de Occidente, sino también en las de Oriente, se distinguieron nuestros marinos, como es bastante conocido por todos, y además puede verse en una multitud de trabajos históricos.

                                                                                                                             SOMAR

(1) Los primeros que han escrito sobre esa materia se dice fueron los P. P. Gaspar Fructuoso, y Antonio Cordero, en los siglos XVI y XVII respectivamente.
(2) Juan Ferne, catalán, le llaman algunas relaciones antiguas, y parece ser el mismo Ferrer, de la isla Mallorca, mencionado en las caitas de 1346 y en otras posteriores.

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