domingo, 2 de noviembre de 2014

ANTIGÜEDADES CANARIAS: ALGO SOBRE GUILLEN CASTELLANO


(Artículo publicado en el boletín de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife en La Laguna a 23  de abril de 1899)
                                      Documentación obtenida de Jable.Archivo de prensa digital de la ULPGC

 (Conclusión)
Juan Prieto y sus tres hermanos llamados Pedro García, (1) Alonso Pérez y Rodrigo Álvarez, todos ellos canarios principales, tienen sus datas en el Libro primero de originales, cuaderno 1º, folio 34; cuaderno 4º, folio 35; cuaderno 8º  folio 11,y cuaderno 14º, folios 25, 27, 37 y 41. —cuatro datas en ese sólo cuaderno.—Además, en el Libro segundo de las originales, las tienen en el cuaderno 41º, folio 3º; en el Libro cuarto original, cuaderno 3º folio 7, y cuaderno 6.°, folio 47. En el Libro primero de datas por testimonio las tienen a los folios 19, 24. 35, 153 y 253.

Otro prócer canario, llamado en su bautismo Alonso Hernández, obtuvo también muchas datas, que pueden verse en el Libro 1º original, cuaderno 3º folio 19 cuaderno 4º, folio 5; y cuaderno 10º folio 149 . En el libro 2º original, cuaderno 13º folio 29: y cuaderno 21º folio 60. Y en el 4º original, cuaderno 6º fólio 55.

 Otras tantas o más considerables datas obtuvieron en Tenerife y no hacemos mención, ni la hemos hecho hasta ahora, de las datas que cada cual tuvo en la Palma -Ibone de Armas, capitán de gente española y canaria, Pedro de Maninidra, también capitán de gente española y canaria Juan y Pedro Mayor, Antón de la Sierra o Bentagaya -otros le dicen Bentaguaire-y muchos otros que seria prolijo enumerar aquí, (2) Las datas que se hicieran a Guillen Castellano, entendemos que ni poco ni mucho prueban ni siquiera indican que fuera un conquistador español de origen y lo que se dice en una información de hidalguía, hecha dos siglos después, a favor de un tal Marcos Sánchez que se decía o llamaba descendiente del Castellano, podrá ser o no ser cierto en su totalidad, es cosa bastante sabida que en semejantes informaciones se cometían errores y exageraciones, y aun se fingían méritos y servicios.

Herrera, Silva, Vera, Lugo y otros se sirvieron grandemente de los indígenas Juan Mayor y Guillen Castellano, por ser famosos intérpretes de la lengua del país, y personas de cuenta entre los mismos naturales de estas islas. Por eso figuraban en casi todas las expediciones a las islas,  como antes figuró Juan Negrín, rey de Armas indígena de la Gomera. Todos ellos fueron hidalgos o nobles de las islas, antes y después de su conquista, y si el uno fue rey de Armas, los otros dos formaron parte de los primeros Cabildos o Ayuntamientos de Tenerife, es decir, fueron del número de los primeros miembros.

Me inclino a creer que Guillen Castellano prestó grandes servicios como intérprete y  como hábil negociador y que por ello más que por los bienes o gente con que contribuyera a la conquista, le hizo las datas el Adelantado, y le concedió su confianza. Es más, pudiera haber sucedido que este distinguido isleño no tuviera vasallos o gente y bienes con que contribuir  a la conquista, siendo su persona sola lo que le dio todo el poder y el valimiento que alcanzó. Acaso después de hacer testamento y enviudar por segunda vez, casara ya anciano con Elvira Sánchez, con el objeto de legitimar al hijo o hijos naturales que con la misma había tenido, caso de que no fuera otro Guillen Castellano el que tuvo los hijos en aquella indígena.

No comprendemos bien que haya personas impuestas en los sucesos de aquella época a quienes extrañe la distinción que alcanzaron varios indígenas ente los mismos conquistadores. Les repetiremos aquí un sólo dato irrecusable. El capitán Ibone de Armas, indígena, fue  uno de los principales jefes que acompañaron al general Lugo  y mandó la primera compañía de los conquistadores de a pié, o sea de la infantería.

Ya hemos dicho también que otros dos indígenas fueron agraciados con Encomiendas, y se les llama Comendadores en varios documentos de aquel tiempo. Además a muchos guanches o canarios principales se les daba tratamiento de Don, como es sabido, y no se daba tal tratamiento a muchos de los principales conquistadores europeos. Hay entre otros muchos casos, los incontestables de don Pedro, hijo del rey de Adeje, y don Enrique, hijo del de Anaga.

Aquí pensaba terminar estos apuntes o notas, que no tienen otro alcance ni objeto sino contribuir al esclarecimiento de la verdad; acaso nuevos trabajos o estudios me muevan a añadir algunas palabras más en otra ocasión.

Entre tanto no quiero privar a las personas curiosas y amantes de nuestras antigüedades, de la lectura de una lacónica información, o copia literal de una parte de la misma, que hizo don Juan Núñez de la Peña y tengo a la vista. Revela no sólo la simplicidad de aquellos antiguos tiempos, en que todas o casi todas las informaciones eran por ese estilo, sino la diferencia que ofrecían y ofrecen respecto a otras posteriores, llenas de exageraciones o hipérboles.

Dice así:
«Diego de Cabrera, hermano del gobernador que fue de Lanzarote Alonso de igual apellido, pasó desde Castilla a la citada isla en busca de su hijo Diego, que lo era asimismo de Catalina Pérez Docampo, y éste Diego segundo se casó en Lanzarote con Francisca de Betancour Melian.

«En las probanzas de su hidalguía que hizo este Diego de Cabrera, vecino entonces de Canaria, por causa de unas deudas que le pedían y reclamaban, con amenaza de prisión, en el año 1508, cuyas diligencias y causa pasaron por ante Diego de San Clemente, Escribano de Canaria, se hizo información por requisitoria en Lanzarote, en el mes de Enero del siguiente año 1509, ante el Escribano Marcos Luzardo, a presencia del señor Alonso Mateo de Sanabria, alcalde mayor de Lanzarote por los señores Sancho de Herrera y Pedro Fernández de Saavedra, señores de esta isla y la de Fuerteventura.
  
«Bernardo Dávila, testigo de edad 68 años, dice a la 4º pregunta: Que en aquel tiempo en que Mosen Maciot, señor de Lanzarote, dio esta isla al Infante D. Enrique de Portugal, mandaron los principales de la misma isla a la de Fuerteventura, a solicitar que viniera Alonso de Cabrera, como hombre hijo dalgo, honrado y bueno, y persona bien informada en las cosas de la guerra y otras; y le pidieron viniese a esta isla a ser capitán e alcalde mayor della por el Rey, sobre Pedro de Aday que era alcalde ordinario puesto por los señores (3); y que tuviese la isla por el Rey, y que en esta reputación de hidalgo le tenían, hasta que Dios se lo llevó de este mundo».

«Catalina de Cabrera, mujer que fue del susodicho Gobernador Alonso de Cabrera, de edad de 71 años, dice: Que Diego de Cabrera vino tras de su hijo Diego, y que a decía su marido que fueron cinco hermanos y una hermana».

 «Diego de Cabrera, también testigo, hijo del dicho Gobernador y de la dicha Catalina de Cabrera, de 50 años de edad, declara: Que viniendo de Alcalá de Henares se detuvo en Guadalupe, por Semana Santa, y que allí vio y conoció a un hermano del mismo Diego su primo hermano, llamado Alonso de Cabrera. Dice también que conoció dos tíos suyos frailes jerónimos».

«Pedro de Rivas, otro testigo, dice que el susodicho Diego de Cabrera, padre de dicho Diego, y hermano del Gobernador, era casado, y que era natural de Arévalo, y que allí tenía su mujer».

«García de Ocaña, testigo, dice que sabe que Diego, hermano del Gobernador Alonso de Cabrera, vino de Castilla en busca de su hijo Diego.

«Presentó los testigos Pedro de Cabrera, hijo del. Gobernador y de Catalina de Cabrera, en nombre de su primo Diego. La sentencia la dio el Bachiller de la Coba, alcalde mayor de Canaria, siendo Gobernador el Sr. Lope de Sosa, declarando por hijos dalgo a Diego de Cabrera y al gobernador Alonso de Cabrera. Se halla esta sentencia en las mismas Probanzas, con fecha 2 de Abril de 1509, ante el citado Escribano Diego de San Clemente.»

No podemos terminar sin hacer una observación. Hemos leído varias veces que Fulano o Mengano fue gobernador perpetuo de tal o cual isla, y hemos visto también escrito que en vida del tal perpetuo hubo otro u otros gobernadores en la misma o en las mismas islas. Esto nos recuerda lo de los regidores llamados perpetuos en Tenerife; léase la obra de Núñez de la Peña, en el capítulo que les dedica, y allí se verá la perpetuidad que había; casi todos renunciaban al poco tiempo sus cargos.

Pues bien, esa misma circunstancia hace formar un juicio muy favorable de aquellos verdaderos caballeros. Era que no se apegaban demasiado a sus cargos, por honrosos o distinguidos que éstos fueran, y aun retribuidos pecuniariamente; no les era absolutamente preciso ese pedestal para parecer grandes, como le necesitan las medianías a fin de engañar a los tontos, a esa muchedumbre incauta, rica y pobre, que al cabo tiene la culpa de todos los males de la patria, por no saber o no querer elegir acertadamente a sus representantes, que a su vez forman el gobierno de la nación; dado que realmente sea esto posible y haya elementos sanos e incorruptibles para que la elección pueda ser acertada.

No estará de más consignar aquí que si como lo parece, está en lo cierto Núñez de la Peña en sus citados árboles, es materialmente imposible que D.ª María la hija de Maciot el 2º de su nombre en Canarias, fuera casada con Guillen Castellano. No solo era, como ya hemos dicho, joven y soltera en 1530—fecha del testamento de su madre—sino que naturalmente vivía entonces, y no podía ser la difunta esposa de aquel.

Y puesto que hacemos ahora esa observación, por decirlo así retrospectiva, añadiremos que según parece D. Fernando Guanarteme no halló otro medio de que no quedasen desheredados los hijos que tuvo con Inés Hernández de Taoro, sino es de vender una parte de sus bienes y entregarles su valor. De lo contrario, todos hubieran pasado a su hija legítima D.ª Margarita, la esposa de Miguel de Trejo Carvajal.


                                                                                                   R. GARCÍA-RAMOS

(1) Este y otro Pedro García que vivió al mismo tiempo o muy poco después, parece fueron Comendadores; así se les llama en documentos de aquel tiempo y ambos parece haber sido indígenas; con seguridad lo fue este de que hablamos arriba. Estos hermanos casaron con señoras cuyos apellidos fueron Rizo, Cabrera, Samartín etc, las cuales pretenden algunas informaciones hacer pasar por españolas, como dicen de la segunda esposa de Guillen Castellano; pero es más verosímil que fueran todas ellas oriundas de estas islas.

(2) También a dicho Antón o Antonio de la Sierra solía llamarse Bentagaire o Bentaguaya; casó con María Gonzalez Maninidra, troncos de una larguísima familia que hasta hoy subsiste con ese apellido de la Sierra, como subsisten las de Oramas, Negrin, Armas, Castellano Dará o de Ara y otras muchas oriundas de estas mismas islas. En lo antiguo se decía Doramas, y después  Se dijo de Oramas; el apellido de Ara ha sido convertido en Lara en muchas aldeas o pueblos de las islas.

(3) Aquí tenemos otro indígena haciendo distinguido papel, como Guillén Castellano; los Aday eran de la nobleza oriunda del país.

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