domingo, 5 de octubre de 2014

 ESTUDIOS HISTÓRICOS. NOTAS SOBRE GRECIA

(Artículo publicado en el Diario de Tenerife  el 16 de junio de 1898)
                                       Documentación obtenida de Jable.Archivo de prensa digital de la ULPGC

 Dispútanse varias naciones la prioridad de su cultura, y si tiene valor la autoridad de Estrabón, puede España ostentar unos títulos que ninguna otra nación europea posee. Hablamos de la historia y código, de los pueblos de Andalucía escritos en verso, que Estrabón afirma que ya en su tiempo contaban una antigüedad de más de seis mil años. Desgraciadamente esos monumentos  de nuestra antigua literatura se han perdido, como tantos otros del mismo y de diferentes países.

 Cualquiera que sea la antigüedad de cultura o civilización que cada nación pueda hacer valer o demostrar, es indudable que la Grecia ofrece la más vasta y variada literatura que se conserva de los  tiempos pasados. Pero no debe exagerarse la individualidad nacional de Grecia, ni de ninguna otra nación. Cada una de ellas ha sido por regia general una fusión de varios pueblos; la cultura de los griegos tiene su base en la de los egipcios, fenicios y otras naciones o pueblos antiguos y estos a su vez, es verosímil que trajeran de otra parte los gérmenes de cultura desarrollados en su suelo. Sin embargo, en la oscuridad que reina en los orígenes de los pueblos, cabe la duda de cual o cuales fueron  los países donde primeramente se desarrollaron los conocimientos humanos  y acaso la civilización primitiva marchara de Occidente a Oriente; al menos, es constante que de España salieron en épocas muy remotas, diferentes colonias que poblaron en parte la Sicilia y otras regiones de Italia. Esto es bastante paradójico, lo sabemos bien, por que está muy arraigada la idea contraria, esto es, que la civilización ha venido de Oriente  a Occidente. Cada cual lo afirma así, casi lo mismo que si lo hubiera visto por sus propios  ojos. Así dejaremos esta cuestión que no es tampoco el objeto de las presentes notas pasaremos la vista por las nociones más antiguas que sobre la Crecía aparecen en los autores.

 Todo pueblo ignorante es creador de fábulas o consejas, y con la mayor despreocupación las formula indistintamente jactanciosas e ignominiosas. Tan pronto se dice hijo de los dioses, del sol, de la luna etc., como se refiere candorosamente que sus mayores fueron más bárbaros que los irracionales. A esto último equivale el decir, cómo decían los griegos, que su alimento primitivo era yerba, hoja, tallos y cortezas de arbustos o de árboles, hasta que cierto personaje descubrió que las bellotas valían más que aquel indumento vegetal.  Es decir, que los monos o simios tenían y tienen el paladar más delicado que los hombres de aquel país y de aquel tiempo, puesto que se alimentan del fruto y no de las hojas de los árboles, y tal vez las bellotas mismas les parecerán un manjar grosero. Pues bien, al hombre que descubrió ser la bellota un alimento preferible a la yerba, le juzgaron los griegos como un dios, realmente le divinizaron, como a la mujer u hombre que les enseñó a comer el trigo (o la cebada) y al que exprimió las uvas y les hizo ver que era potable aquel líquido. Tales prodigios de ingenio, al decir de aquellas buenas gentes, no podían caber en cabeza humana y era preciso reconocer algo de divino en los que semejantes descubrimientos hacían o llevaban a cabo. Verdad es que otros pueblos adoran en fetiches, aunque también desprecien las bellotas (como alimento), y que esto ha venido sucediendo desde una remota antigüedad  hasta nuestros mismos días.

  Pero los griegos que tan grosero paladar tenían, o se lo atribuyeron sus descendientes, habían de eclipsar más tarde con sus luces a otros pueblos que no se han declarado herbívoros; y acaso alguno de estos otros pueblos antiguos inventara aquellas fábulas para desprestigiar a los habitantes primitivos de la Grecia. Los egipcios que pasaron a aquel  país sucesivamente, pudieron bien atribuir a sus habitantes esas y oras costumbres bárbaras; costumbres que a los mismos egipcios podían ser atribuidas, como se alimentaron durante algún tiempo de reptiles, insectos (cigarras etc.) y adoraron a animales diversos, tomándoles por dioses. Y sin embargo, también los egipcios alcanzaron en la antigüedad un alto grado de civilización; verdad es que sus principios   fueron humildes, como los de todos los pueblos en general; pero si ellos comenzaron así, ya puede suponerse como principiarían los abisinios, etíopes, libios etc.
 No se sabe a punto fijo cuales fueron las primeras gentes que poblaron la Grecia, ni siquiera cuales las que sucesivamente invadieron el mismo país, en aquellos primitivos tiempos, aunque bien puede suponerse fueron las de aquellos países más cercanos. Esta duda existe generalmente respecto a otra región cualquiera del mundo.

 Se cree o se dice que los pelasgos no fueron oriundos del Peloponeso; pero se ignora si pasaron al mismo desde el norte o desde el oriente. Las ciudades más antiguas de Grecia, tales como Algos, Sicione, Micenas y varias otras, están llenas de ruinas pelásgicas o sea de edificios atribuidos a ese famoso pueblo; pero es el caso que graves autores (como Herodoto y Pausanias) atribuyen a los egipcios la verdadera o primitiva fundación de casi todas esas villas y acaso los egipcios fueran llamados pelasgos. Varias colonias egipcias se establecieron sucesivamente en Grecia, acaudilladas por Inaco, Ogiges, Dánao, Cecrops y otros jefes. Poco tiempo después pasó desde el Asia menor o la Fenicia el celebre Cadino, que se dice enseñó a los griegos la escritura o sea el arte de escribir. Deucailon con sus helenos se hizo dueño de la Tesalia, y empujó o echó a los pelasgos hacia otras países cercanos, incluso las islas del Archipiélago. Los helenos se apoderaron de casi todo el norte de la Grecia, y a, pesar del famoso diluvio que sobrevino (como anteriormente el de Ogiges), se extendieron por el Peloponeso y le enseñorearon Anfiction y su hermano Heleno se apoderaron de casi todo el, Peloponeso o país de Pelops. En Arcadia se mantuvo por algún tiempo la dominación de los pelasgos, que mezclados con los helenos, acabaron por perder su nombre.

 Otra colonia célebre, o invasión de la Grecia, fue la indicada de Pelops o Pélope, que pasó a dicho país desde el de Lidia en e Asia menor, al frente de algunas tropas; otros autores dicen que vino solo a Grecia, donde casó con la reina Hipodamia, y dejó su nombre al país de su dominio y sucesivamente a los limítrofes en aquella península: pero se ignora la época precisa de estos sucesos, y aun si Pélope fue anterior o posterior a Deucalion, si bien parece que esto último es lo más probable.
 Por lo demás, estas dudas son disculpables y nada tienen de extraño, puesto que se trata de sucesos que tuvieron lugar de mi quinientos a dos mis años antes de la Era cristiana. No creemos necesario alargar estas notas, lo cual sería hacer historia griega, que toda persona ilustrada conoce. Aun los mismos apuntes que dejamos consignados, serán superfinos para muchos lectores, y por ello les ponemos término evitando así mayor difusión o redundancia.



                                                                                  R. GARCÍA-RAMOS

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