ESTUDIOS HISTÓRICOS. NOTAS SOBRE GRECIA
(Artículo
publicado en el Diario de Tenerife el 16
de junio de 1898)
Dispútanse varias
naciones la prioridad de su cultura, y si tiene valor la autoridad de Estrabón,
puede España ostentar unos títulos que ninguna otra nación europea posee.
Hablamos de la historia y código, de los pueblos de Andalucía escritos en
verso, que Estrabón afirma que ya en su tiempo contaban una antigüedad de más
de seis mil años. Desgraciadamente esos monumentos de nuestra antigua literatura se han perdido,
como tantos otros del mismo y de diferentes países.
Cualquiera que sea
la antigüedad de cultura o civilización que cada nación pueda hacer valer o
demostrar, es indudable que la
Grecia ofrece la más vasta y variada literatura que se
conserva de los tiempos pasados. Pero no
debe exagerarse la individualidad nacional de Grecia, ni de ninguna otra
nación. Cada una de ellas ha sido por regia general una fusión de varios
pueblos; la cultura de los griegos tiene su base en la de los egipcios,
fenicios y otras naciones o pueblos antiguos y estos a su vez, es verosímil que
trajeran de otra parte los gérmenes de cultura desarrollados en su suelo. Sin
embargo, en la oscuridad que reina en los orígenes de los pueblos, cabe la duda
de cual o cuales fueron los países donde
primeramente se desarrollaron los conocimientos humanos y acaso la civilización primitiva marchara de
Occidente a Oriente; al menos, es constante que de España salieron en épocas
muy remotas, diferentes colonias que poblaron en parte la Sicilia y otras regiones
de Italia. Esto es bastante paradójico, lo sabemos bien, por que está muy
arraigada la idea contraria, esto es, que la civilización ha venido de
Oriente a Occidente. Cada cual lo afirma
así, casi lo mismo que si lo hubiera visto por sus propios ojos. Así dejaremos esta cuestión que no es
tampoco el objeto de las presentes notas pasaremos la vista por las nociones
más antiguas que sobre la
Crecía aparecen en los autores.
Todo pueblo
ignorante es creador de fábulas o consejas, y con la mayor despreocupación las
formula indistintamente jactanciosas e ignominiosas. Tan pronto se dice hijo de
los dioses, del sol, de la luna etc., como se refiere candorosamente que sus
mayores fueron más bárbaros que los irracionales. A esto último equivale el
decir, cómo decían los griegos, que su alimento primitivo era yerba, hoja,
tallos y cortezas de arbustos o de árboles, hasta que cierto personaje
descubrió que las bellotas valían más que aquel indumento vegetal. Es decir, que los monos o simios tenían y
tienen el paladar más delicado que los hombres de aquel país y de aquel tiempo,
puesto que se alimentan del fruto y no de las hojas de los árboles, y tal vez
las bellotas mismas les parecerán un manjar grosero. Pues bien, al hombre que
descubrió ser la bellota un alimento preferible a la yerba, le juzgaron los
griegos como un dios, realmente le divinizaron, como a la mujer u hombre que
les enseñó a comer el trigo (o la cebada) y al que exprimió las uvas y les hizo
ver que era potable aquel líquido. Tales prodigios de ingenio, al decir de
aquellas buenas gentes, no podían caber en cabeza humana y era preciso
reconocer algo de divino en los que semejantes descubrimientos hacían o
llevaban a cabo. Verdad es que otros pueblos adoran en fetiches, aunque también
desprecien las bellotas (como alimento), y que esto ha venido sucediendo desde
una remota antigüedad hasta nuestros
mismos días.
Pero los griegos que tan grosero paladar
tenían, o se lo atribuyeron sus descendientes, habían de eclipsar más tarde con
sus luces a otros pueblos que no se han declarado herbívoros; y acaso alguno de
estos otros pueblos antiguos inventara aquellas fábulas para desprestigiar a
los habitantes primitivos de la Grecia. Los egipcios que pasaron a aquel país sucesivamente, pudieron bien atribuir a
sus habitantes esas y oras costumbres bárbaras; costumbres que a los mismos
egipcios podían ser atribuidas, como se alimentaron durante algún tiempo de
reptiles, insectos (cigarras etc.) y adoraron a animales diversos, tomándoles
por dioses. Y sin embargo, también los egipcios alcanzaron en la antigüedad un
alto grado de civilización; verdad es que sus principios fueron humildes, como los de todos los
pueblos en general; pero si ellos comenzaron así, ya puede suponerse como
principiarían los abisinios, etíopes, libios etc.
No se sabe a punto
fijo cuales fueron las primeras gentes que poblaron la Grecia , ni siquiera cuales
las que sucesivamente invadieron el mismo país, en aquellos primitivos tiempos,
aunque bien puede suponerse fueron las de aquellos países más cercanos. Esta duda
existe generalmente respecto a otra región cualquiera del mundo.
Se cree o se dice
que los pelasgos no fueron oriundos del Peloponeso; pero se ignora si pasaron
al mismo desde el norte o desde el oriente. Las ciudades más antiguas de
Grecia, tales como Algos, Sicione, Micenas y varias otras, están llenas de
ruinas pelásgicas o sea de edificios atribuidos a ese famoso pueblo; pero es el
caso que graves autores (como Herodoto y Pausanias) atribuyen a los egipcios la
verdadera o primitiva fundación de casi todas esas villas y acaso los egipcios
fueran llamados pelasgos. Varias colonias egipcias se establecieron
sucesivamente en Grecia, acaudilladas por Inaco, Ogiges, Dánao, Cecrops y otros
jefes. Poco tiempo después pasó desde el Asia menor o la Fenicia el celebre Cadino,
que se dice enseñó a los griegos la escritura o sea el arte de escribir. Deucailon
con sus helenos se hizo dueño de la
Tesalia , y empujó o echó a los pelasgos hacia otras países
cercanos, incluso las islas del Archipiélago. Los helenos se apoderaron de casi
todo el norte de la Grecia ,
y a, pesar del famoso diluvio que sobrevino (como anteriormente el de Ogiges),
se extendieron por el Peloponeso y le enseñorearon Anfiction y su hermano
Heleno se apoderaron de casi todo el, Peloponeso o país de Pelops. En Arcadia
se mantuvo por algún tiempo la dominación de los pelasgos, que mezclados con
los helenos, acabaron por perder su nombre.
Otra colonia
célebre, o invasión de la
Grecia , fue la indicada de Pelops o Pélope, que pasó a dicho
país desde el de Lidia en e Asia menor, al frente de algunas tropas; otros
autores dicen que vino solo a Grecia, donde casó con la reina Hipodamia, y dejó
su nombre al país de su dominio y sucesivamente a los limítrofes en aquella
península: pero se ignora la época precisa de estos sucesos, y aun si Pélope
fue anterior o posterior a Deucalion, si bien parece que esto último es lo más
probable.
Por lo demás, estas
dudas son disculpables y nada tienen de extraño, puesto que se trata de sucesos
que tuvieron lugar de mi quinientos a dos mis años antes de la Era cristiana. No creemos
necesario alargar estas notas, lo cual sería hacer historia griega, que toda
persona ilustrada conoce. Aun los mismos apuntes que dejamos consignados, serán
superfinos para muchos lectores, y por ello les ponemos término evitando así
mayor difusión o redundancia.
R. GARCÍA-RAMOS
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