miércoles, 8 de octubre de 2014

UNA CARTA



(Carta publicada en el Diario de Tenerife el 13 de julio de 1898)
                                      Documentación obtenida de Jable.Archivo de prensa digital de la ULPGC
Señor Don Patricio Estévanez y Murphy.
Santa Cruz.

 Mi distinguido amigo: como usted me pidió, hace ya tiempo, algunos renglones de ampliación a las noticias contenidas en mi modesto trabajo sobre los  Eslavos, que vio la luz en su periódico, ahora que estoy desocupado en este campo cercano a la Capital, le voy a emborronar unas cuantas cuartillas, de las cuales naturalmente puede hacer usted el uso que mejor le parezca. Esto será muy poca cosa; pero servirá al menos para que usted vea no olvida a sus amigos el que lo es suyo muy sincero.
    
Llano de Taco, 9-7-98

                                                                     ***
 El triunfo de los pueblos del norte de Europa sobré los del mediodía, en los pasados siglos, les envaneció no poco, y no sin razón, y les sugirió la idea de buscar la grandeza por otra vía diversa a la brutal de las armas.

 En primer lugar, y lo mismo que se ha visto en muchos otros pueblos, de Oriente y de Occidente, así en el viejo como en el nuevo Mundo, empezaron por darse un parentesco cercano nada menos que con los dioses. Es mas los godos y los teutones se llamaban modestamente dioses a si mismos (God y Teut) con lo cual en su concepto dejaban muy atrás a los vándalos, eslavos, sajones, etc., por más que su origen fuera el mismo o casi igual.
 Más tarde la fundación del Orden Teutónico dio buena prueba del alto concepto que se tenían los descendientes de los bárbaros en otro tiempo esclavizados por los romanos. Fue una especie de revancha o  represalia de las famosas batallas en que los italianos y sus auxiliares del mediodía, derrotaron completamente a los cimbros y teutones jornadas que inmortalizaron al famoso cónsul Mario.

 Y aquí debemos advertir que teut o teud son voces sinónimas, o más bien son una misma palabra. La letras t y d solían usarse indistintamente, o sea sustituirse la una a la otra, con bastante frecuencia, sobretodo al final de los adjetivos y en general de los nombres. De la voz  teud, que los españoles pronunciaban tud, viene la palabra tudesco, que es sinónima de teutón.

 Ya hemos manifestado, en el artículo citado poco antes, que los sajones y los anglos pasaron desde la Europa central a las Británicas (islas de los Britos o Bretones), las cuales ofrecían, como tantos otros países, una mezcla o amalgama de gentes al parecer diversas. La individualidad nacional es una cosa más bien convencional que real y efectiva, si se atiende a la procedencia de los pueblos que constituyen cada nación. En las Británicas había gentes diversas, y de diversos nombres, cuando Julio César llevó a efecto su conquista  y la dominación que durante cuatro siglos  ejercieron allí los romanos, dejó naturalmente mucha sangre italiana o latina en el país, como sucesivamente dejaron sangre sajona, danesa y normanda los otros pueblos que sucesivamente le invadieron; pero el fondo de aquella población se asegura que es bretón o británico, pueblo cuyo origen se ignora, aunque no falta quién le confunda con el pueblo galo. Es singular la variedad con que allí se han formado los nombres patronímicos, variedad que acusa la de los pueblos o razas establecidos en aquellas islas. En España y Portugal, por ejemplo el nombre patronímico Pérez se formó para significar el hijo de Pedro, o como los franceses dicen también,  Pedro el hijo  porque las Británicas el mismo patronímico toma formas muy raras y variadas, según los dialectos antiguos, y se dice indistintamente Peterson (o Peterson) mac Peter, fitz Peter, O´ Peter, etc. Con la voz fits, with wish o witz forman también los patronímicos varios otros pueblos del norte y aún del mediodía de Europa; y esa voz parece venir de la latina filius, lo cual prueba o indica la gran propaganda que por toda Europa hicieron los latinos y su idioma.

 En este momento, y sin libros a la vista, no nos es posible dar más extensión a estas observaciones; pero sobre este asunto que venimos tratando se puede decir mucho más; tan solo nos proponemos por el momento aducir unos cuantos datos sueltos, que unidos a los muchísimos otros que existen, contribuyan a hacer luz en la historia de los tiempos pasados.  


                                                                                   ROSENDO GARCÍA-RAMOS

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